Si se quiere que un evento musical se vuelva memorable, se necesita un artista o una agrupación que tenga la etiqueta de leyenda, por eso, evento en el que se presentan, Los Tigres del Norte lo hacen inolvidable. Y fue justo eso lo que sucedió ayer en la primera jornada de la segunda edición del Festival Arre, en el que los sinaloenses deleitaron a más de 54 mil personas con un espectáculo memorable.
Pocos minutos antes de las 23:40 horas y mientras pasaban algunos videos en las pantallas, sucedió lo que tenía que pasar… La Hacienda abrió sus puertas para todos. El rugido de Los Tigres del Norte se escuchó con Jefe de jefes , tema con el que de inmediato pusieron a cantar al público.
Con 56 años en los escenarios no es de extrañar que Los Tigres tengan un ejército de fans que les han sido fieles a lo largo del tiempo. Detrás de la historia de cada uno hay canciones de la banda Mocorito, Sinaloa, que los ha acompañado, por lo que no es raro ver a personas de edad similar a ellos entre el público y ya sea en pareja o en grupo de amigos, llegaron desde las dos de la tarde para poder ocupar un lugar cerca del escenario.
Así, entre pasos de baile, brindis, besos y canto llegaron temas como Ayúdame a creer , La camioneta gris, Prisión de amor, Pacas de un kilo, La manzanita , El rengo del gallo giro, Ni parientes somos, La mesa del rincón y La puerta negra , entre otras, que hicieron que el aguante del frío y la espera valieran cada minuto.
Sorpresa súper belicosa
Como parte de las novedades de la edición de este año, un artista sorpresa se presentará en La Hacienda… y quién mejor que una mujer de esas que se ve que tienen toda la actitud para un festival como el Arre.
Curiosa, la gente comenzó a acercarse al escenario y de pronto Belinda apareció en punto de las 19:30 horas para demostrar que el pop también puede convivir en un espacio en el que ella era una de las mujeres que participaba.
La Beli , como muchos le llaman, no dudó en darle al público una probadita de su talento… y también de su indiscutible belleza y cuerpazo. Ataviada con un top negro, pantalones a la cadera negros —presumiendo cinturititita—, sombrero y un cactus en el pedestal de su micrófono, el ojiazul quedó con la boca abierta con su presentación.
Cactus , esa canción con la que Belinda se declaró toda una mujer bélica, y 300 noches fueron las primeras con las que la cantante atrapó al público que no dudó en seguir el ritmo de su música.
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